Luego de darse a conocer el escándalo de la patrona que golpeó a su empleada por celos y por usar short (en Villa Hayes), reflotó el tema de la mala calidad de vida que tienen las trabajadoras del hogar.
Marciana Santander, del Sindicato de Trabajadoras Domésticas y Afines de Itapúa (Sintradi) contó a EXTRA la difícil situación que atraviesan.
Discriminación
“A mí mis patrones me prohibieron hablar en guaraní porque supuestamente iba a entorpecer la educación de su hija”, recordó.
Mencionó que en ese momento tuvo muchos problemas porque, como era oriunda de Paraguarí, solo hablaba en guaraní. “Me sentí muy discriminada”, acotó.
Santander asegura que antes se vivía mucha más violencia, pero que hasta hoy en día las domésticas siguen sufriendo injusticias.
“Las criaturas me pegaban en la cara y yo tenía que aguantar. No podía decir nada”, lamentó.
Además, mencionó que no solo le pegaban o le gritaban, sino que también le daban de comer restos de comida que ya tenían varios días en la heladera.
“Desde 2007 empezamos a reunirnos pero éramos débiles aún. Ahora, nos hacemos cada día más fuertes y entendimos que tenemos derechos.”, agregó.
Los más argeles
Melania Méndez también nos comentó que sus peores experiencias fueron con sus patrones paraguayos y que los extranjeros la trataron mejor.
Tampoco le permitían arreglarse porque las doñas celaban de sus maridos. Es por eso que Melania decidió ahorrar para poner su propio negocio y nunca más soportar maltrato.
Echada
Otra doméstica contó que trabajó con un conocido músico años atrás. Había encontrado su tarjeta personal, guardó ya que ahí figuraba el número de teléfono de la casa (línea baja) y le iba a dar a sus padres.
“Mi patrona entró y revisó mi cartera encontró la tarjeta y me acusó de robar. Escándalo me hizo, me echó sin pagarme”, dijo
Los sindicatos de Domésticas denuncian también que las cama adentro se levantan de madrugada y recién le liberan una vez que los patrones se van a dormir, por lo general después de las once de la anoche. El acoso del patrón o del hijo de los patrones es otra situación que viven muchas.
Tita, una jovencita, contó que las patronas tienen a sus perros o gatos como hijos, pero no quieren limpiar su popó ni su pipí. Y cuando vuelve de su día libre encuentra la casa o el departamento lleno de popó. “Ni agua le ponen”, se quejó.
Las patronas
Algunas patronas también salieron a dar su opinión y dijeron que, si bien jamás le pegarían a las empleadas, sí les ponen límites con la vestimenta y prefieren contratar a las mayorcitas porque son más responsables
Jorgelina, admitió que le pide que deje su celular a su niñera porque la chica se pasa chateando y no atiende a su bebé.
En su caso le pone un uniforme tipo enfermera para evitar problemas con las ropas sexis.
Y no le permite tocar sus cajones porque con cada niñera se le pierde las bombachas y corpiños. Contó que a las domésticas no les gustan que sean controladas por las cámaras, pero no hay de otra, concluyó.
Prohibiciones
-Pintarse las uñas
-Usar short
-Recibir visitas
-Usar el celular
-Usar el mismo baño
-Comer la misma comida
-Salir de la casa
-Usar aro
-Tener el cabello suelto