Gilberto Alvarenga (45), el docente carapegueño con COVID que se ganó la admiración de miles por poner en riesgo su propia vida para salvar a su compañero de sala, en el hospital de su ciudad, hoy salió de alta, pese a que las probabilidades que tenía de salvarse eran casi nulas.
Estuvo 27 días luchando por su vida. Cuando entró a internación, los médicos solicitaron cama en terapia intensiva para él, porque sus pulmones estaban muy dañados, lamentablemente nunca pudo conseguir, por lo que creían que iba a ocurrir lo peor.
Fue en ese momento de desesperación, cuando apenas respiraba que decidió prestar su oxígeno a otro paciente con quien compartía sala, ya que en el centro asistencial había terminado.
“27 días estuvo en la lucha, está consciente, aunque necesitó mucho tiempo terapia y no conseguía. Realmente la lucha constante por vivir fue de 20 días”, contó a EXTRA su hermana, Gladys Alvarenga.
Resaltó que los médicos aplaudieron su recuperación e indicaron que lo habría salvado que no tenía enfermedades de base. “Él es de la compañía Pacheco, que queda a 18 kilómetros de la ciudad, por eso se queda en mi casa mientras, para estar cerca del hospital”, alegó.
Quien no corrió la misma suerte fue doñaTeresa de Jesús Matto viuda de Alvarenga, mamá de Gilberto, ya que falleció hace dos semanas por la falta de cama en terapia.