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Mural: Sus familiares y amigos la despidieron con un mural, canciones, flores y mucho amor.
“No me parece lindo que cuando me toque partir mi familia y mis amigos estén tristes”, le decía Alba Benítez Strumpps a su hermana Elisa.
Alba y su familia habían decidido, hace tiempo, que cuando muerieran, sus cuerpos serían cremados y sus cenizas esparcidas. El martes, Alba falleció tras una larga batalla contra el cáncer de mama y sus allegados prepararon una inédita ceremonia para despedirla, antes de arrojar sus cenizas al río.
Todos se reunieron ayer por la mañana en la Costanera de Asunción. Allí la recordaron y leyeron un poema en su honor. Luego soltaron globos de colores y lanzaron al agua pétalos de rosas y mensajes escritos en barquitos de papel.
“Sus cenizas ahora están junto a las de nuestra madre, otra parte será esparcida en el Parque Piribebuy, donde están las de nuestro padre. También en otros países, donde la quieren mucho”, contó su hermana.
“Ella era muy querida, por eso la despedimos así. No nos gusta que nos lloren en un velatorio, no nos parece la forma más acertada de partir, preferimos que nos recuerden con alegría, y es lo que hicimos con ella”, agregó Elisa.
Víctor Oviedo, su pareja, fue uno de los que dedicó unas palabras a su amada. “Alba era un amor, nunca tuvo malicia en su corazón, se desvivía por los demás, era una maravillosa mujer”, expresó. En comunicación con EXTRA, comentó que era humanista, una mamá increíble y agradeció a la vida el privilegio de haberla conocido. “Ya la extraño”, finalizó.