Luego de casi cinco décadas, don Guillermo Krug volvió a apoyar la planta de sus pies sobre el suelo sin sentir dolor. El hombre aseguró que fue gracias a “la arcilla y al arroyo milagroso” que se encuentra en el Km 17 del distrito de Obligado, Itapúa.
“Al salir del barro parecía que ya no sentía el pie”, relató el abuelo de 72 años, quien recordó que cuando tenía 22 tuvo un accidente en el que había sacado prácticamente de lugar el tobillo.
Krug dijo que si bien siguió varios tratamientos, nunca lo hizo de la manera como tenía que ser y que hace unos meses los doctores le dijeron que la única solución era operarse.
“Pero operarme a esta edad y que me saquen huesos y tendones yo ya no quería, me fui como cuatro veces y eso calmó mi dolor”, señaló.
Este es solo uno de los tantos testimonios que nacen de la visita a la propiedad de Eduardo Dose.
El arroyo Capiibary así como el pequeño “spa curativo” de lodo son el atractivo que acaparó la atención de todos en los últimos días.
El misterio del lago
Personas desde varios puntos del país y con distintas afecciones visitaron el sitio y aseguran que los resultados son sorprendentes y hasta milagrosos.
Dose explicó que la flotabilidad del agua que cruza todo su terreno es una de las características que más llama la atención. “Vos podés flotar en las aguas termales de piletas y que tenga sales muy fuertes, pero en un agua que fluya es muy difícil, eso es por los minerales del mismo lodo que forma parte del arroyo”, dijo.
Dose añadió que media hora de estar empapado en el barro y otra media hora sumergida en el agua es la receta para aliviar todo tipo de dolores, molestias y hasta problemas de la piel.
“Este proceso hacés por una semana y los resultados son óptimos”, finalizó.