Con esperanza y esfuerzo, doña Mirtha Barreto levantó su pequeña despensa en el barrio Costa Alegre de Ypané hace dos años y medio.
Sus primeros clientes, sus vecinos, quienes por la confianza que doña Mirtha les tenía aceptó abrir la famosa “libreta” para dar fiado. Los primeros meses le fue de lujo. Llevaban cantidad considerable de mercaderías, pero pagaban cada mes, hasta que por alguna razón, de un día para el otro, se borraron y dejaron cuentaza en la despensa.
“Después nomás ya no vinieron a pagar su cuenta. Incluso yo me sentía mal por requerirles, pero para mí que ellos lo que actuaron mal al no poder honrar esa deuda”, relató la almacenera a EXTRA .
Luego de conocer que otros despenseros estaban intentando “inventar Informconf ” para los malos pagadores, ella decidió publicar en su estado de WhatsApp quiénes eran sus debeha.
“Les di facilidades. Me acerqué y les dije que pueden abonar de a 20 mil o 30 mil para ir saldando y ni aun así vienen. Decidí publicar para ver si no tienen así un poco de vergüenza aunque sea”, dijo la comerciante.
Para la señora el hecho de que siete personas tengan una cuenta que alcanza G. 5 millones en total, ya es muy perjudicial para su negocio.
“Nosotros no es que somos pudientes, hacemos también mucho sacrificio para tener un negocio. Queriendo ayudar a nuestro prójimo en un momento, quizá, difícil, y ellos se hacen de los ñembotavy”, cuestionó.
Por el miedo de que le vuelvan a dejar algún “clavo”, ña Mirtha dejó de dar fiado ni aunque sean sus vecinos cercanos. “Lo que espero es que de verdad las personas de la lista puedan acercars e”, indicó.
Agregó que de no ver ningún interés por saldar la deuda, ella no tiene problemas de exponer a los deudores vía redes sociales.
Táctica “milenaria” en otros negocios
En 2017 te contábamos que don Alfredo Aquino (55), almacenero de Limpio publicó la lista de morosos y pegó por la reja de su negocio. A él sí que le llegaron a deber por 4 años.
En 2018, doña Asunción López mandó al frente a los funcionarios de la Muni que le debían por comida. En su copetín llegó a colgar un cartelito también con los nombres de los fayutos. En total, 16 funcionarios le debían plata que hacían un total de más de G. 8 millones.