Sergio Bogado de Ciudad del Este considera que aprendió la lección de no hacer más bromas con memes.
Y es que la que hizo en diciembre pasado con otro compañero, Aldo Enciso, les costó el puesto a los dos en una constructora.
Luego de iniciar un juicio, la empresa le ofreció G. 25 millones para que termine el conflicto.
“En tres días respondí. Para mí ya era un caso perdido, pasaron como seis meses ya (en realidad, ocho)”, dijo a EXTRA.
En el meme que hicieron se ve a un operario de máquinas con el rostro tapado que alza una canasta falsa de fin de año.
Una forma sutil de decir que no estaban recibiendo nada, pero se veía el logo de la empresa en el fondo.
Bogado señaló que la gente de administración no le dijo que le echaron por el meme.
“El Ingeniero Residente a cargo de la obra sí me dijo que fue por eso, la empresa no tiene derecho a dar regalo a nadie, dijo”, comentó.
Un coche
Bogado está pensando en comprar un vehículo y arreglar su casa con el dinero recibido.
Un mes se quedó sin trabajo y por causa del juicio que abrió, en dos empresas fue rechazado.
“La empresa puso mi nombre con antecedente a la hora de pasar a otra empresa”, dijo.
Ahora está trabajando en lo suyo, operador de máquinas en una obra en Troche.
“Nosotros hicimos el meme entre compañeros, no era para perjudicarle a la empresa. Pero hubo un infiltrado”, señaló.
Recordó que no se fue a retirar un primer pago que le ofreció la empresa, atendiendo que antes que él retiró Enciso y no recuperó ni el costo del pasaje.
También demandó
El otro maquinista despedido, Aldo Enciso, de Coronel Oviedo, también demandó a la empresa, con el mismo abogado laboralista, José Estigarribia.
“Mi compañero es más antiguo, tenía dos años y yo seis meses”, refirió.
Mencionó que todavía no consiguió un trabajo, solo de albañil.
Reglamentos, tienen que respetar
“Es una cuestión polémica porque podría colisionar con el derecho de expresión”, afirmó Silvia Rodríguez, Defensora Pública del fuero laboral. Señaló que lo que más suelen prohibir los reglamentos internos son comportamientos que puedan afectar la imagen de la empresa.
“En las empresas de gran cantidad de funcionarios se suele prever la cláusula de confidencialidad porque manejan información sensible”, refirió.