“Todavía no puedo asimilar que mi hija me haga esto”, aseguró con la voz quebrada doña María Ninfa Adorno viuda de Talavera, de 70 años.
Tras la muerte de su marido, en los últimos días le tocó soportar otro de los momentos más tristes de su vida al ver cómo un tractor destruía la casa que con tanto esfuerzo construyó con el finado.
El hecho ocurrió en el barrio San Francisco de Capiatá. La destrucción de su vivienda se hizo luego de un pedido de desalojo impulsado por su propia hija desde Italia, donde vive hace 17 años. Su yerno vino a hacer los trámites de desalojo y rajó otra vez a Italia.
Por maldad
“Echó todo con tractor, es muy penoso lo que me pasa, me quedé en la calle. Por maldad nomás hicieron, porque yo ya salí de la casa. Seguro pensaban que iba a ir de nuevo”, aseguró la doñita. El defensor del Pueblo, Miguel Godoy, expresó exactamente lo mismo.
“El terreno no vale mucho porque es fiscal. Echaron para que la mamá no esté más ahí nomás”, lamentó.
Ninfa contó que le había prestado la casa para que viva allí cuando su hija estaba recién casada y embarazada, pero que después de viajar a Italia a laburar, ella empezó a disputarle la casita.
“Nunca tuve buena relación con mi hija, su marido influyó mucho. La gente ignorante que tiene avaricia, que nunca tuvo nada. Yo digo que es él. No puedo aceptar que mi hija haya hecho esto. Ni un grano de arroz de ayuda, jamás recibí de ella”, afirmó a la 1020 AM.
Sobre esto, Godoy comentó que desde la institución a su cargo acompañan una demanda realizada contra la hija, Liz Maribel Talavera de Villalba por violación del deber del cuidado.
La abue se dedica a la venta de butifarra, asaditos y otras comidas típicas, en una esquina del barrio. Ayer, vecinos se manifestaron a su favor.
Quieren ley contra “hijos ingratos”
Godoy contó que existen muchísimos casos parecidos al de Ninfa, lo que le inspiró a trabajar en un proyecto de ley que prohíba el desalojo de los hijos contra los padres. “Estamos teniendo muchísimos casos de hijos ingratos y realmente esto debe empezar a mirarse de otra manera. En el instante en que el hijo desaloja a su madre ya hay elementos de abandono y violación del deber del cuidado”, aseguró.