La comunidad indígena de Akaraymi, distrito de Hernandarias fue desalojada el 9 de junio de una propiedad de una empresa maderera, cuyo dueño es de nacionalidad argentina. Desde entonces, las niñas sufren acoso sexual por parte de los guardias privados, según denunciaron.
Francisco Martínez, líder indígena, contó que a cada hora hacen disparos al aire como para meter miedo a las pocas familias que ya quedan intentando tener un pedazo de la tierra que algunas vez ocuparon, hace dos años.
“No sirve que persigan a las niñas menores de edad, es muy feo. No queda bien que eso suceda en nuestro país, les piropea, les hincha, les persiguen”, explicó.
Agregó que si bien no se las llevan de la comunidad, esa es la verdadera intención. “Quieren hacer la liga, como se dice, pero son muy pequeñas para entender esas cosas”, expresó.
Indicó que, incluso, los guardias taparon los pozos de donde ellos sacaban el agua. “Ni al arroyo nos dejan pasar. Estamos pidiendo agua de unos vecinos”, lamentó.
Por su parte, Bienvenido Núñez, otro indígena, explicó que aquella vez del desalojo, les dejaron sin nada. “Vino la propia policía. Después ya quedaron guardias privadas, a veces están particular. Nos preocupa porque ofrecen plata a las niñas que tienen 12 a 15 años. También a las mamás solteras”, mencionó.
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