Nilda Ramírez (50) y familia, están viviendo un verdadero calvario por cumpla de una equivocación, pues un señor construyó para su casa en el terreno de doña Nilda, errando dos cuadras de su verdadera propiedad.
El problema inició en el 2020, supuestamente la culpa tuvo el Banco que vendió el terreno al señor, pues pasaron mal la ubicación de la propiedad y cuando la construcción terminó, recién la señora se dio cuenta y con título en mano fue a mostrarle al ocupante, quien se hizo del prepotente.
El terreno del ocupante estaba a dos cuadras del terreno de ña Nilda, por lo que al principio le propuso venderle la propiedad, pero el señor no quiso, entonces le dijo para hacer cambio directo, pero tampoco aceptó.
“Este señor se hizo del prepotente no quería hacer el cambio porque su terreno estaba más cerca de la avenida, pero tampoco quería salir de mi terreno, entonces no tuve de otra que entrar en un juicio”, contó la afectada a EXTRA.
Sin embargo, dos años después, el ocupante le dijo que no tenía el dinero para solventar los gastos del juicio y le pidió llegar a un acuerdo, donde iban a intercambiar los terrenos, pero de eso ya pasó dos años y nunca el señor fue a hacer los papeleos para el traspaso.
“Incluso yo le dije que voy a pagar el traspaso de mi terreno y él del suyo, pero ni aun así lo hace”, se quejó.
Injusticia
El terreno está ubicado en la urbanización Villa Florencia de Encarnación, la doña adquirió cuando sus hijos eran chicos y hace años que pagó todo, pero ahora surgió este problema que no la deja dormir tranquila.
“La justicia en Paraguay es injusta, teniendo todos los documentos que avalan que esa propiedad es mía, igual me mandan a juicio para recuperar lo que es mío. Hace cuatro años que estoy gastando más de lo que vale el terreno y no me solucionan”, lamentó.
Echó todo
En Fernando de la Mora, los padres de Ali Velázquez, pasaron por lo mismo, pero en su caso, la inmobiliaria fue el que se equivocó y les indicó que su terreno era ese, por lo que construyeron su casa, sin embargo, era el terreno del vecino.
“Cuando ya se terminó la casa, el dueño vino y reclamó. Mis padres le pidieron hacer el cambio, ya que el terreno estaba al lado, pero no quiso, entonces mi mamá le dijo que ni un ladrillo va a dejar en su propiedad y cumplió”, contó Ali.
Solo el pozo dejaron en el terreno, pero años más tarde agradecieron que no hayan cambiado, pues el terreno ahora se inunda cada vez que llueve, los nuevos dueños quieren volver a vender por eso, pero nadie quiere comprar.