Johanna Mencia y su marido Carlos Dávalos, paraguayos residentes de José Castelli (Chaco argentino), fueron víctimas de sus vecinos Alberto David Rivero y Carolina Beatriz Portillo.
El 17 de febrero, Rivero y Portillo casi mataron de cinco puñaladas a Johanna, quien ya había denunciado casi una veintena de veces por hostigamiento, pero nunca hubo consecuencias hasta que EXTRA publicó el caso y tres cónsules llegaron junto a la compatriota para ayudarla.
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Por esta agresión, el primero fue condenado a 10 años de prisión, en tanto que la mujer, a doce, por tentativa de homicidio con alevosía y hurto, porque también le robaron un celular.
“Ellos hablaron en un medio local, pero no pidieron disculpas por sus acciones. Yo quedé con consecuencias psicológicas, recién ahora me siento tranquila”, dijo la víctima.
Johanna y su esposo se mudaron al lugar, los ahora condenados le pecheaban comida y, como eran extranjeros recién llegados, ellos accedían, pero cuando los compatriotas comenzaron a negarles las provistas empezaron los acosos.
Ahora, con sus agresores en prisión, la paraguaya dijo estar más tranquila. “Ahora solo quiero trabajar para volver a mi país”, expresó.
El abogado de la víctima, José Oliva, consideró en aquel entonces el caso como un “odio racial” ya que le habían dicho: “Te vamos a mandar en un cajón a tu país”.
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