Lucila (30) estaba trabajando en una estancia, cuando a punta de armas le alzaron en una patrullera y le dijeron que estaba acusada de un asesinato.
“Se rebuscaron por toda la casa, agarraron un celular Samsung A31 que yo estaba pagando a cuotas y dijeron que fue robado”, explicó la mujer.
Ella asegura que adquirió el celu de una conocida casa de electrodomésticos y que en ese momento ya había pagado unas seis cuotas.
El Defensor Público Amado Alvarenga, quien tomó el caso en el juicio oral, explicó que tuichaiteri se aproblemó la doña, porque al parecer compró el celu y puso su chip en un artefacto que había sido robado en un asalto domiciliario, donde se registró una víctima fatal, en Yby Yaú (Concepción).
“Ese es el inconveniente que suele ocurrir cuando se adquiere equipos de telefonía de lugares que no son oficiales, puede provenir de un hecho punible y traer este problema. A raíz de esto, ella fue imputada, estuvo en prisión preventiva, perdió su trabajo”, señaló Alvarenga.
Lucila fue acusada de autora del crimen, pero el Defensor Público detectó que algo no cuadraba, porque los testigos del asesinato referían que dos hombres fueron los asaltantes.
Tras una investigación detallada, logró comprobar la inocencia de la doña, quien finalmente fue sobreseída.
Lucila contó que pasó tres meses en la cárcel de Concepción, alejada de sus dos hijos pequeños. Su pareja tuvo que vender su tele y su cama para pagar una fianza. Además de la ayuda de sus familiares.
“Nos quedamos durmiendo en el suelo, mi ventilador no pude vender porque nadie quería comprar”, relató. Después del problema ya nadie quiere darle empleo, he’i.