Los peques están cerrando la etapa escolar para luego iniciar las vacaciones de verano y este es un momento de mucho estrés para los chicos y esto se refleja en los consultorios, según el pediatra Robert Núñez.
“Muchos niños llegan con dolores de panza, dolor de cabeza o malestares difusos. Y no siempre es una enfermedad física. A veces es su forma de expresar el cansancio, la tensión o la necesidad de un descanso emocional”, señala el profesional.
El médico mencionó que el exceso de actividades junto con los últimos exámenes a rendir altera el sueño, aumenta la ansiedad, disminuye las defensas y afecta el bienestar general del niño.
Este estrés también lo padecen los padres. “Hay necesidades de salud, económicas que hacen que no todos puedan cumplir con lo que la exigencia de la escuela”, dijo el capo haciendo referencia al gasto económico que suelen darse para cumplir con ferias, exhibiciones gimnásticas, eventos de clausura y más.
Algunas recomendaciones son asegurar un buen descanso, que ayuda a pensar con claridad y aumenta la energía; promover una dieta equilibrada para mantener también la salud del cerebro y una buena concentración, incentivar el ejercicio físico para desestresarse.
El doctor recomienda además para evitar llegar a este estrés escolar hacer una proyección de lo que va a ser el año y seguir un cronograma. “No hacer todo encimado, hay que proyectar lo que va a ser el año siguiente, las actividades, los gastos”, sostuvo.