Una enfermera de Hernandarias fue interceptada ayer a la madrugada por dos chespis que la obligaron a subir a su propio auto para llevarla hasta un cajero y pelarle la cuenta bancaria.
El hecho ocurrió alrededor de las 5:30 en el barrio Las Américas, cuando Miguela Zoraida Galeano de Delvalle (59) salía de su casa rumbo al Hospital Distrital, donde trabaja.
Apenas se acercó a su vehículo, que estaba estacionado frente a su vivienda, los malevos le pidieron plata. Como dijo que no tenía, le preguntaron si contaba con tarjeta. Al responder que sí, sacaron lo que sería una pistola de juguete y la obligaron a subir al auto.
Uno de los hijos de la víctima presenció todo, pero creyó que su mamá estaba ayudando a personas enfermas que le pidieron auxilio.
“Primero intentaron en un cajero y, al no poder allí, se dirigen hacia otro cajero, y allí, cuando baja para sacar el dinero, la señora se percata de que uno de los atacantes estaba sin arma y logra escapar”, detalló la fiscal Beatriz Adorno.
Pidió socorro
La doña corrió por su vida y pidió ayuda a los gritos a unos playeros que trabajaban en un surtidor que estaba cerca. Al ver esto, los delincuentes huyeron con su auto.
En menos de cinco minutos, la policía llegó hasta el lugar y rápidamente se ordenó cerrar todas las salidas de la ciudad.
“Creemos que se sintieron acorralados al ver una patrulla en cada salida y terminaron abandonando el vehículo”, contó el comisario Hugo Sosa, de la Subcomisaría 6.ª.
Minutos después, encontraron el rodado abandonado en la zona de Bella Vista, a unos dos kilómetros del lugar.
La mujer no sufrió ninguna herida, aunque sí se llevó un sustazo. Por suerte logró recuperar su vehículo. Su hijo vio que se iba con dos personas, pero pensó que ella le hacía el favor de llevarle al hospital.