Comúnmente, la mayoría de la gente les tienen miedazo, asco o incluso matan por acercarse a la casa a los mykurê. Este no es el caso de René Aguiar, quien en vez de atacarlo, le salvó la vida a uno bebé hace unos meses y ahora es la mascota más mimada de la casa.
Con su gran ternura, Cheesy, la pequeña zarigüeya rescatada, cautivó a cientos en las redes sociales y gracias a él más personas conocen ahora sobre estos animales que muchos asocian con los malos olores y la basura.
René contó a EXTRA que rescató al mykurê el 8 de noviembre del año pasado y que desde aquel momento todos los días aprende más y más sobre el comportamiento de estos animales, aunque resaltó que Cheesy es diferente a los otros, ya que no es agresivo.
Relató que al momento del rescate, en Ñemby, eran 8 las zarigüeyas, pero que solo 4 sobrevivieron tras el ataque de dos perros. El asunceno rescató a uno y el resto fue llevado a una veterinaria. “Cada zarigueya es distinta, cada una tiene una personalidad única, no es que todas son buenas, así como Cheesy, él es un bebé, le alzás en el hombro, le subís en cualquier momento, pero son animales salvajes, no puede quedar a cargo de un niño la crianza”, alegó René.
Agregó que llevó gran esfuerzo cuidar a Cheesy de pequeñito, le daban leche deslactosada y frutas. Indicó que los mykurê bebé deben ser estimulados por la mamá para ir de cuerpo, lamiéndoles la panza, por lo que para paliar esto, le pasaban cada tanto algodón remojado por la pancita y así lo ayudaban.
En cuanto a los malos olores, dijo que es un mito e incluso puso como ejemplo al perro, que si no se lo baña periódicamente tiene olores. Su mykurê mascota es muy aseado y hasta sabe usar su arenero.
En agosto, Cheesy cumpliría un año. Ahora pesa 3 kilos y se esperan que llegue al doble de su peso actual en la edad adulta. René explicó que estos animales duermen casi 20 horas al día y viven entre 3 a 4 años, pero que ni quisiera pensar en ese momento.
Recalcó que no en todos los casos el animal podría adaptarse a una casa como Cheesy, por lo que pidió respetarlos y no tratar de atraparlos, menos agredirlos.