30 dic. 2025

Cena de Año Nuevo y los buitres aparecen

Conflictos habituales alrededor de la mesa familiar. Entre el pollito, el ka’u y los enojos...

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La cena de fin de año puede ser una dura batalla campal de indirectas. Si sos invitado, no critiques nada. Es regla de cortesía.

IA

Si sos de aquellas personas que las fiestas de fin de año son más bien una lucha de supervivencia, tranquilo nomás, ya solo falta el último round: Año Nuevo.

La cena de la Nochevieja puede ser un akârasy para los anfitriones, sobre todo si tienen que recibir a la parentela y algunos ni se pueden ver en figuritas.

Juntamos las causas comunes de conflictos durante la cena.

1. “¿Por qué no comés eso?”, “Mi mimi hicii mijir”: Ya sabemos, Marta que así no hacían en tu casa, pero no estamos en tu casa, si no querés comer, no comas.

2. No hay equidad: Suena argel, pero muchos tova puku se pueden ahorrar colaborando un poco con la familia que recibe la visita. Llevana un pollito aunque sea.

3. Oúpa la bola: Qué batalla para aquellos que tienen que dar de comer a la veintena de personas, que al final, la mitad no son familiares directos sino la amiga, de la suegra de la esposa de parte de la madrina del tío segundo. Encima, no comen el pollito que llevaron, sino el vacío jugoso que humea en la parrilla.

4. Graduarse de la escuelita: “Poné na por mí y después te transfiero”, “después nomás te hago giro”. History Channel, mi gran lector. Si no cobraste esa noche, he’úma hule. Además, el que menos aportó suele llevar taper y llevarse casi toda la comida sobrante.

5. El ka’u: El que menos puso un guaraní para tomar, el primerito vacía la champañera y ni hielo es capaz de conseguir, después ya se pone pesado y no hay quién le haga soltar el vaso.

Otros problemas

Ese que quiere controlar sobre cómo se debe celebrar o comer.

La comida puede ser un detonante para discusiones sobre política, dinero o religión.

Las fechas propician que rencores del pasado salgan a la luz (si hay terrenos o herencia si qué, atajate)

Estrategias para evitar conflictos

La psicóloga Laura González dijo que está bueno desahogarse, pero no en el día mismo de la celebración, para no hacernos mala leche.

“El secreto es respeto y silencio. Si ya tuvimos conflictos anteriores, mejor hablar antes. Y para los que van a visitar, evitar críticas: Si no te gusta algo, no lo digas o, mejor aún, no lo comas; no critiques al anfitrión”, indicó.