Desde los tiempos babilónicos con el Código Hammurabi y hasta en pasajes bíblicos con el “ojo por ojo y diente por diente”, la reciprocidad de los actos ha sido una manera de resolver conflictos para dejar situaciones en empate: la ley del Talión.
Aparentemente, para el senador Juan Carlos “Calé” Galaverna, esta fue la mejor manera para poner fin a su conflicto con su polémico colega Paraguayo “Payo” Cubas, quien hace días retomó sus actividades en el senado, luego de sesenta días de castigo por su pelea con Enrique Riera.
En sesión ordinaria de Cámara Alta, el colorado aprovechó para ajustar cuentas con Payo y le devolvió el favor con la misma estrategia: le arrojó agua a modo de concretar su húmeda venganza, que salpicó a otros colegas, por lo que Galaverna, tuvo que dar un discurso que cerró sorprendiendo a todos, al pedir disculpas.
“A quien le devolví atenciones hoy no fue juzgado y por ende no sancionado cuando me agredió acá en mi banca. Pero mi intención principal acá es pedir disculpas y decir lo siguiente: después de analizar mucho sabiendo que podía tomarse como un acto de soberbia, es un acto de dignidad. A los Galaverna se los puede tocar, pero gratis nunca”, expresó el parlamentario de la ANR.