El recluso Pedro Javier Lezcano (18), fallecido hace más de una semana en su celda de la cárcel de Tacumbú, pudo haber sufrido una “muerte natural”, pero el forense Pablo Lemir, quien realizó ayer la autopsia del cuerpo, caratuló el examen como “muerte en estudio”, ya que aún falta determinar la causa exacta del deceso.
El médico señaló su extrañeza porque el cuerpo del joven presentaba signos de putrefacción, según confirmó a Telefuturo. La madre de Lezcano, quien estaba preso hacía dos meses, fue a visitarlo el domingo, pero recién ahí le informaron que su hijo había fallecido el sábado 27 de febrero.
Garrotazos
Según datos, el joven había sido apresado por una comisión garrote de la ciudad de San Antonio, cuyos integrantes le aplicaron varios golpes, para reducirlo. En este sentido, el director de la cárcel de Tacumbú, Luis Barreto, especuló que el joven pudo haber fallecido por secuelas de los golpes.