En busca de sus animales perdidos, Miguel Ángel Paredes Bogado se aventuró a ingresar a su espesa plantación de maíz, pero en lugar de encontrarlos, el medio mismo del campo tropezó con un estremecedor escenario. En el suelo, decapitado estaba el cuerpo de un hombre casi esquelético. Al levantar la mirada notó que la cabeza pendía de una cuerda atada a una rama.
El hallazgo se produjo en el barrio San Roque de Hohenau alrededor de las 12:30 de ayer y horas más tarde se confirmó su identidad.
El cadáver no era de un poblador cualquiera. Aunque al principio parecía un misterio, al correr la voz sobre el hallazgo enseguida empezaron las especulaciones. El primer nombre que surgió fue el de Felicio Sotelo, prófugo por feminicidio. El hombre de 56 años era buscado desde el 17 de junio pasado, cuando se lo vio por última vez escapando de la escena del crimen. La víctima, su expareja, Asunciona Giménez Galeano.
Agentes de la comisaría 12 local llegaron rápidamente al lugar e hicieron contacto con Agripina Sotelo, su hermana. “Los lugareños manifestaron que podría tratarse de él por la ropa, el calzado, etc. Su hermana justamente le reconoció por la ropa y una manta que tenía”, indicó el oficial José Bogado. El cuerpo estaba en completo estado de descomposición y, según el médico forense llevaba allí entre 45 a 60 días.
El uniformado mencionó que no se lo halló hasta ahora porque el sitio es de difícil y poco acceso. “Es una zona boscosa de gran extensión, prácticamente en el medio mismo estaba. Se nota que nadie circula por ahí, ayer el señor que tiene su plantación de trigos”, señaló.
Los familiares del fallecido manifestaron que desde el momento del hecho ellos ya perdieron contacto con él, pero los pobladores de la zona afirmaron que solía rondar esa zona.
El crimen
El feminicidio ocurrió el 17 de junio pasado en la vecina localidad de Obligado, en el barrio 8 de Diciembre. Asunciona Giménez Galeano se levantó de la cama cerca de la medianoche para entrar al baño, salió de su precaria casita y caminó hacia el fondo de su patio donde está el sanitario, pero antes de entrar fue sorprendida por Felicio Sotelo.
Su exconcubino la atacó repetidamente con un cuchillo de cocina. De acuerdo con los datos proveídos por agentes de la comisaría jurisdiccional, el asesino ya la estaba esperando detrás del baño. Sin decir una sola palabra, le aplicó cuatro puñaladas en su pecho. Los gritos de la víctima de 52 años alertaron a su hijo, quien rápidamente salió a su auxilio.
Al ver al muchacho, el criminal lanzó al suelo el arma blanca y escapó rápidamente del sitio. La víctima fue trasladada hasta el hospital distrital donde luego de casi dos horas de agonía se produjo su deceso. Cuando eso, Felicito ya tenía un antecedente por violencia intrafamiliar. La relación entre ambos era reciente, apenas seis meses duró hasta que, días antes del crimen, la mujer decidió romperla.
Desde ese momento se sospechaba que estaría internado en una zona boscosa, donde la policía no pudo ingresar en aquel momento por la inclemencia del tiempo.