Desde hace unos meses, Guido Benítez, un barbero de Ñemby, decidió pasar la mano a los más necesitados a través de su oficio. Acompañado de otros barberos, con quienes se unió por la misma causa, recorren distintos barrios de varias ciudades de Central para “cambiarle el rostro” a jóvenes y abuelos, que no tienen dinero para pagar el servicio.
El joven contó a EXTRA que todo inició con él, su hermano y otros colegas cercanos, pero que desde hace unos semanas, tras ver la causa, otros barberos se les sumaron, y ahora ya van en grupo a los barrios carenciados. Se ubican en la casa de uno de los vecinos, prestan las sillas y comienzan su trabajo por todo un día. En casos de algún abuelito necesite, ellos mismos los visitan y le asean el rostro y le cortan el cabello.
“Es un servicio social que realizamos, es solo para ayudar, en algunos casos cobramos G. 10.000 o G. 15.000, pero es para poder ayudar a otras personas (...) nos preparamos un mes antes en la zona que vamos a ir, les avisamos, para que sepan. Lo hacemos dos domingos por mes”, comentó Guido.
Mencionó que, pese a que más jóvenes son los que acuden al servicio social, también hay adultos mayores que les piden arreglarles el cabello o la barba y ellos lo hacen con gusto y con paciencia.