Eran las 7 de la mañana del miércoles, cuando el muchacho de 28 años, llegó totalmente borracho a su casa. El joven estuvo jugando Piki Voley, en una canchita de su barrio y se quedó con sus amigos para el “tercer tiempo” que acabó cuando el sol ya estaba bien alto.
El piquicero abrió el portón de la casa de su padres ubicada en las calles Cerro Corám casi Las Residentas del Barrio Crucecita de la ciudad de Pilar, en el departamento de Ñeembucú.
Casi al entrar a su pieza le encontró a su lapa de 28 años. Ella ya vestida como irse a su trabajo.
Como era de esperarse la chica no puso buena cara al ver el estado en que estaba su pareja. Ella pensó que no había tiempo para exigir respuestas de donde y quien estuvo.
A la guardería
Le dijo a su pareja que iba a llegar a tarde a su trabajo y le pidió le acerque a una de sus hijas menores a la guardería.
Esta situación le puso nervioso al piquicero, quien le dijo a su mujer que iba descansar, que estaba muy cansado y que no le iba a llevar a ningún lado a su hijita.
La golpeó y echó
La mujer dijo a la policía que poco después ya su pareja reaccionó y le encajó golpes.
Ella aseguró que después de golpearla su pareja la echo de la casa de sus padres (suegros).
No contento empezó tirar todas las pertenencias que eran de ella y la de sus dos hijas menores. La mujer llamó la policía y así apresaron a su pareja quien fue imputado por violencia familiar.