Cuando un albañil llega a un comercio con la ropa utilizada en el trabajo, siempre es discriminado, aseguran. Raquel Pérez es ayudante de albañil y muchas veces recibió ese desagradable trato.
“Hace unos días me pasó en un supermercado cuando fui a comprar la carne para la comida de mis hijos. Te tratan como si les vas a robar”, dijo.
Si les permiten entrar, los trabajadores les miran de pies a cabeza. Algunas veces los guardias de seguridad les siguen el paso.
A Milton Cabrera, quien también trabaja en obras, muchas veces le negaron la entrada por estar con la ropa sucia o gastada.
“Nosotros los albañiles sufrimos siempre de eso. Muy mal educados son los vendedores de los comercios”, expresó.
La cara del cliente
Carmen Benítez (18), de Santaní, denunció en su Facebook que en una tienda la rechazaron por su facha.
La joven trabaja en la herrería con su papá. El miércoles salió tarde del laburo y quiso comprar una sandalia a su hija, pero en el comercio no la atendieron.
La chica preguntó a dos vendedores por el precio del calzado, pero no le contestaron. Cuando entró una señora “chusca”, la recibieron amablemente. La historia se hizo viral y un montón de personas contaron experiencias similares.
María Rojas expresó que en Ciudad del Este sintió esa discriminación. Ingresó con su marido a un local de electrónica. Ambos habían salido recién de sus trabajos y no estaban muy bien vestidos. Según relató, la vendedora les miró de forma despectiva y no quiso ayudarles a hacer las compras.
Recién cuando el marido mostró una larga lista de repuestos que necesitaba llevar, le hicieron caso. Cecilia Talavera salió de su casa apurada y fue a una zapatería chuchi de Ciudad del Este.
Al entrar notó que ninguna vendedora se acercó a ella, pero sí atendían a las señoras que entraron después de ella. Preguntaba calces y precio de los zapatos, pero las trabajadoras no le contestaban.
“Si no te bajás de una camionetaza o no te llevás una carterota ni te miran. Por eso mismo compré lo más caro y las vendedoras se quedaron con la boca abierta”, señaló.
Lectores de EXTRA comentaron que esta situación es normal en el Este del país. Supuestamente los vendedores tienen preferencia por los extranjeros antes que por los paraguayos.
Rocío Vera, quien es supervisora de ventas de una tienda deportiva, dijo que los trabajadores reciben comisión por ventas y por eso buscan al mejor cliente. “Está mal juzgar por la vestimenta, si un vendedor lo hace es por falta de preparación”, dijo.
Denuncia en Sedeco
La discriminación, maltrato o mal servicio puede ser denunciado en la Secretaría del Derecho al Consumidor (SEDECO). Llamá al (021) 524 455. También podés dejar una queja en la empresa.