26 abr. 2024

Abuelo enseñó a su familia oficio de arreglar sillones de cable

Este arte es una herencia que pasa de generación en generación en la familia oventense. Desde el abuelo, hasta los niños trabajan reparando los sillones de sus clientes.

257794442_3085134408441221_9103053599368039838_n.jpg

La familia entera se dedica a arreglar los sillones.

Con una enorme paciencia, amor y destreza en las manos, una familia entera de Coronel Oviedo pasa horas en el patio de su casa, que se convirtió en taller más cálido, para arreglar sillones de cable. Para ellos, este trabajo no solo significa una alternativa para ganarse el pan de cada día, sino la preservación de una herencia que va pasando de generación en generación.

Don Magín Reyes, abuelo de 93 años, el mayor de la familia, fue quien se encargó de heredar este arte a sus hijos, quienes a su vez ahora lo hacen con sus hijos y sobrinos. Don Ángel Lezcano (57) es uno de los reparadores de sillones más conocidos de su ciudad, no solo porque trabaja en esto casi toda su vida, sino por la calidad de su trabajo. Convierte los sillones más viejos y herrumbrados en nuevitos y a muy bajo costo.

5275138-Libre-874806990_embed

Geidy Lezcano (26), hija don Ángel, contó a EXTRA que aprendió este oficio el año pasado con su papá y que ahora ella ya tiene también su clientela. “Es muy fácil, solo lleva paciencia y fuerza”, dijo la joven.

5275139-Libre-315939505_embed

Resaltó que gracias a este trabajo, en época de fin de año, siempre juntan una buena cantidad de platita para las fiestas. “No cobramos caro por la reparación. G. 20.000 a G. 25.000 por cada sillón yo cobro, pero depende del tamaño y la calidad del cable que piden, porque hay dos tipos”, indicó la Geidy.

En casos de que el sillón tenga una pata rota u otra parte del hierro, el novio de Geidy, Carlos González, es el herrero encargado de soldarlo por completo y pintarlo para que quede como nuevito y bien resistente.