02 ago. 2025

Abuela memby conoció a su mamá biológica luego de 41 años

Sabía solo el nombre, pero no se cansó de buscarla.

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No había mucho que dudar, Pedro y Antonia, su mamá, son demasiado parecidos.

GENTILEZA.

Pedro Damián Benítez (41), conoció por primera vez a su mamá biológica, a quién buscó desde que supo de su existencia.

El muchacho nació en Luque, pero desde bebé fue entregado a su abuela paterna, en Villarrica, quien lo crió como si fuera suyo.

A los 9 años, la verdad se le reveló: “Yo no soy tu mamá, soy tu abuela”, le dijo.

Desde ese momento, Pedro sintió un hueco que no podía llenar, necesitaba conocer a verdadera madre. También, en ese mismo tiempo, conoció a su papá, pero no lograron una relación cercana.

Recabando datos

Su abuela solo le dijo que se llamaba Antonia y que tenía un lunar en la cara. Su papá alcanzó a decirle que era de Luque.

Siguió buscando datos y una prima le dijo que el apellido de su mamá también era Benítez, igual al de su papá.

Ya de adulto, se fue a la Argentina, formó una familia con una compatriota y tuvo dos hijos. Pero el anhelo de saber quién era su madre lo acompañaba a diario. Hace dos años, decidió buscarla en redes sociales.

Publicó su búsqueda en su perfil y en varios grupos, sin éxito. Hasta que, en noviembre del año pasado, una joven le respondió señalando que podría ser su hermana.

Empezaron a hablar por WhatsApp y los detalles coincidían. Pronto, la madre se animó a conversar con él. Era ella. ¡Por fin la encontró!

Se pasaron meses hablando por teléfono, riendo, compartiendo historias que el destino les negó por tantos años.

Pedro llegó a Paraguay hace unos días, visitó a sus suegros, y el lunes se dio el gran encuentro con Antonia.

“Yo estaba tan contento que la sonrisa no se me borraba de la cara”, contó a EXTRA. “Conocer a mi mamá es algo que necesitaba para cerrar un ciclo. Ella es parte de mi historia”, dijo.

Pedro no quiso juzgar ni reclamar. La señora tuvo a su hijo cuando era muy joven y la abuela se ofreció a criarlo. Lo dejó en las mejores manos.

“No vine para hacerla sentir mal ni para reclamarle nada. Ella es mi mamá y ambos estamos felices de reencontrarnos”, señaló.

Mañana Pedro regresa a Argentina, pero con la promesa firme de regresar para conocer a toda su familia materna. Aunque tardó 41 años, el amor de madre e hijo no se desvaneció y hoy tienen una segunda oportunidad.