La abuela Matea Zárate (86) fue coronada como la “Reina de la Guardia Vieja” por el Comité del PLRA de Caapucú.
El 18 de octubre, la doña celebró a lo grande el aniversario de su querido partido.
Su nieta Rosa Leguizamón, quien vive en Asunción, compartió orgullosa en Facebook la foto de ña Matea luciendo su hermoso vestido hovy (azul) y su corona. Al toque se hizo viral.
Según contó Rosa al diario EXTRA, la abuela estaba feliz desde que le propusieron representar al comité. “Me llamó por teléfono para contarme toda emocionada. Yo de gua’u nomás le dije que no iba a poder llevarle, y ella me contestó que si no iba, nunca más me iba a hablar”, recordó riendo.
Lo que ña Matea no sabía era que Rosa ya estaba preparando todo el plan sorpresa, incluso mandó hacer un vestido coqueto para que su abuela brillara en el escenario.
Un día antes llegó a su casa con el vestido y la abuela no pudo ocultar su emoción. “Ella me dijo que no me preocupe, que tenía varias ropas azules y que con eso iba a arreglarse. Cuando vio el vestido nuevo, lloró de emoción”, indicó la nieta.
La gran noche
Ese sábado, ña Matea amaneció con todas las pilas: desde temprano escuchaba la polca liberal y practicaba su baile.
Yo tenía miedo de que no aguante después allá”, dijo Rosa. Pero la abuela demostró que la edad es solo un número.
Esa noche, se lució en el escenario y después de ser coronada, todos querían una foto con ella.
“No comió nada. Decía que no quería salir toda juru kyra (boca grasosa) en las fotos”, agregó.
La abuela farreó hasta las 03:00 y las 05:30 ya estaba de nuevo levantada, tomando su mate.
Aunque disfrutó muchísimo, ña Matea tuvo una queja: “Se plagueó porque nadie le sacó a bailar”, reveló la nieta.
La reina del PLRA de Caapucú goza de buena salud, aunque debe cuidar su presión. Toma su remedio, pero dos cosas no negocia: su asado con grasita y el helado de postre. Además, en su casa, nadie entra con ropa roja.
Crió a sus dos nietos
Ña Matea tiene un corazón enorme. Crió a su nieta Rosa desde los 3 años y también a su hermano.
“Ella se levantaba temprano para ordeñar la vaca y después íbamos a vender la leche y el queso. También hacía chipa y dulces caseros”, dijo la nieta.
Con su esfuerzo, logró que Rosa y su hermano terminaran el colegio. “Todo lo que soy se lo debo a ella”, afirmó.
Gracias a las fotos y videos que hace Rosa, la abuela conoció a Tirika y hasta hizo publicidades en redes sociales.