La posibilidad de que la asociación de funerarias y el sindicato de comisionistas de empresas de exequias lleguen a un acuerdo de paz está cada vez más lejos.
Tras la imputación de seis comisionistas, obra del fiscal Jorge Noguera, una sensación de alivio se apoderó de los propietarios asociados, pues sus miembros creían que el turno que las autoridades del IPS habían establecido sería finalmente respetado.
Sin embargo, el interminable conflicto sumó una nueva página cuando Cristian Marecos, dueño de la Funeraria Pueblo Mío, se presentó ayer en el hospital central de la previsional para cumplir su horario. Lo hizo en compañía de sus trabajadores y se llevó una inesperada sorpresa: frente a la morgue encontró a dos de los flamantes imputados, comiendo empanadas y tomando mate.
VIOLENTA REACCIÓN
Ante el temor de quedarse sin clientes, Marecos dio por terminada la reunión que Gerardo Céspedes, Alberto Amarilla y Carlos Antonio López mantenían, exigiéndoles que abandonen inmediatamente el lugar. Como los comisionistas se negaron a cumplir las órdenes, Marecos les propinó patadas y cachetazos.
La pelea fue frenada por los guardias de la Dirección de Control y Seguridad, con ayuda de agentes de la Comisaría N° 12, Metropolitana, y los garroteados presentaron una denuncia contra el agresor en la Fiscalía barrial.
Hay todo un lío por el tema de los horarios
La falta de respeto hacia el calendario de turnos dejó furiosos a los “funebreros”. El jefe del Departamento de Seguridad y Custodia del IPS a nivel país, Robert Stallard, explicó que en enero del año pasado se desarrolló una reunión con los dueños de 17 funerarias con el fin de regular la presencia de comisionistas frente a la morgue de la previsional.
En la ocasión, además de la creación de la Asociación de Funerarias para Prestación de Servicios a los Asegurados del IPS (AFUIPS), con Mirna Fernández como presidenta, se estableció un calendario en el que se autorizaba la presencia de los empleados de 4 funerarias por día, cada una ocupando un turno de 6 horas.
NO SE CUMPLIÓ
Al mismo tiempo que los funcionarios de la casa funeraria de turno se presentaban a la morgue, también lo hacían los comisionistas que operaban con otras empresas, adueñándose de casi todos los clientes. Esto derivó en una denuncia por supuesto comportamiento agresivo, que derivó en la imputación de seis personas.