10 nov. 2025

A los 72 años, doña Elma está por terminar el colegio

Es de Capiatá y decidió volver a clases tras quedar viuda. En su curso es la mayor, pero también la más aplicada.

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Elma tiene cuatro hijos y siete nietos, que están muy orgullosos de ella. Su nieto mayor la acompaña al colegio, caminando juntos mientras ella lleva su bastón.

Gentileza

Con su camisa blanca impecable, pantalón azul y una pañoleta verde atada con esmero, doña Elma Eisenkolbl llega cada día al colegio.

A los 72 años, se prepara para cumplir uno de los sueños que la vida le hizo postergar por décadas. Terminar el colegio.

“Yo me fui solo para averiguar y la directora me dijo: ‘¿Querés empezar hoy?’ Y me quedé”, contó a EXTRA.

Aquella tarde, tomó una decisión que le cambiaría la vida. Subió una foto al estado de su WhatsApp y sus hijos no podían creerlo. Su mamá iniciaba una nueva etapa.

Elma es de Capiatá y nació en la colonia Thompson, donde en su niñez no había colegios, solo escuelas. “Nosotros éramos de allá y no había movimiento, no había colectivo, no había nada”, recuerda.

Familia numerosa

Alcanzó a terminar el sexto grado, pero luego la vida la llevó por otros caminos. “Mamá tuvo nueve hijos y no pudo hacer estudiar a todos. Entonces me dijo: ‘Las nenas van a estudiar una profesión’. Y después, cuando ella murió, yo me quedé de mamá en la casa”, explicó.

Con el tiempo, Elma se convirtió en profesora de corte y confección, una profesión que la acompañó por casi 40 años. Su esposo falleció hace seis años y, desde entonces, la soledad empezó a pesarle. “Mi hija trabajaba y yo me quedaba sola. Un día me puse a pensar y dije: ¿por qué no voy a retomar el colegio?”, recuerda. Así, sin avisar a nadie, se preparó, tomó sus documentos y fue hasta el Centro de Educación Media para Personas Jóvenes y Adultas N.º 180, Doctor Roberto L. Petit, de Capiatá, donde la recibieron con los brazos abiertos.

Elma es muy aplicada y le gusta estudiar.

“Me dijeron que era para adultos mayores, que todos podían estudiar. Me explicaron que me iban a dar los útiles, todo. Y cuando la directora me dijo que ya podía empezar, me quedé. Justo una compañera sacó una foto, la subí a mi estado y ahí mis hijos se sorprendieron todos”.

Hace dos años empezó sus clases y ahora se encuentra a punto de rendir sus últimos exámenes. “Nos queda solo Química, después ya terminamos”, dice entusiasmada. En su curso son unos 16 alumnos, y ella es la mayor de todos y la más aplicada.

Doña Elma vive en Capiatá, barrio Roberto L. Petit, y cada día su nieto mayor, que tiene 18 años, la acompaña al colegio. “No sé qué se me va a presentar después, las cosas vienen solas nomás. Pero sí quiero seguir enseñando costura. Trabajar ya no quiero, pero enseñar, sí”, comentó.

Su nieto siempre la acompaña al colegio.
“Yo le aconsejaría a cualquier persona adulta estudiar, porque te mantiene la mente activa. Para mí, es una terapia”, Elma Eisenkolbl