“No es un servicio sexual, solo amamantamos”, aclara el sitio de Luis Bringas, que está causando furor en Lima, Perú, con un club de lactancia materna para adultos que tiene gran repercusión en la prensa internacional, a pesar de que se trata de una experiencia de raíces muy antiguas, en la edad media e incluso en Japón, varios siglos antes.
Lactofilia o lactancia erótica es la práctica que está registrado en el manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, conocido como DSM-5. Pero como no es un comportamiento especialmente perturbador no requiere tratamiento.
El controvertido servicio es ofrecido a través del sitio amamanta.me a un precio que va de 150 soles (poco más de 250.000 guaraníes) por 40 minutos, hasta 200 soles (equivalentes a 350.000 guaraníes) por el lapso de una hora. No obstante, el sitio afirma que no tiene fines comerciales, sino ayudar al adulto que gusta de la leche materna.
“Ni promovemos la prostitución, ni la nodriza es una prostituta. Sólo somos un puente entre las personas que tienen este gusto por la leche materna y la nodriza. De ahí que el pago por los servicios de la nodriza se haga directamente a ella y en mano”, indica el singular club.
Tras el primer contacto, tanto el cliente como la nodriza deben responder un cuestionario para conocer las expectativas respecto al encuentro. Si coinciden, se facilita el contacto para coordinar fecha, hora y lugar. De entrada, se recuerda al cliente que no puede tocar a la nodriza, pero sí mamar en diferentes poses. El servicio cuenta con sistema de seguridad dentro y fuera del local donde se produce el amamantamiento.
Por otra parte, el servicio es solo para mayores de edad. Además de prestar servicio a los hombres, el club busca mujeres que haya dado recientemente a luz para amamantar a los clientes, quienes normalmente pueden ver primeramente imágenes de las nodrizas en fotos o vídeos, antes de elegir.