Con la voz entrecortada por la emoción y los ojos llenos de lágrimas, doña Teodora recibió su certificado de secundaria del Centro de Educación Media para personas jóvenes y adultas N° de Piribebuy. Había pasado más de cuatro décadas desde que dejó las aulas, pero a sus 57 años, finalmente lo logró.
“Cuando empezamos se burlaron de nosotros la gente. Dijeron ‘Viejos y viejas piko van a ir otra vez a la escuela’”, recordó durante su emotivo discurso de graduación. Pero las burlas no la detuvieron.
El camino no fue fácil. Durante los dos años de estudio, doña Teodora enfrentó problemas de salud que la mantuvieron en cama en varias ocasiones. “Los profesores siempre me ayudaron en todo, y cuando yo estaba en cama, muchas veces eran mis compañeras quienes me ayudaban a hacer la tarea”, contó agradecida.
Su esposo, quien terminó la escuela el año pasado, tuvo que posponer sus estudios universitarios debido a los gastos médicos, por lo que la doña sueña con poder cumplir su sueño junto con él. “Yo le dije que me espere para poder empezar juntos. Si Dios quiere y si estamos todavía vivos, vamos a tratar de empezar”, dijo emocionada, dirigiéndose a sus compañeras y profesoras quienes la aplaudieron.
Doña Teodora agradeció a Dios y a quienes la acompañaron en este viaje, demostrando que nunca es tarde para cumplir los sueños.