Día de la Amistad: Los tipos de amigos que nunca faltan

Todos tenemos un amigo ka’u, pirata, kaigue, fiestero, sabelotodo.

“Amigos eran los de antes”, dicen los muchachos cuando el cuate se ausenta en los encuentros con la perrada. Ese amigo que siempre dice “No puedo ir”, automáticamente pasa a ser lorito óga.

Tras un sondeo, logramos agrupar algunos de los tipos de amigos:

El ka’u: Es ese amigo que cualquier martes kuerei te dice: “Jaumína”, con esa voz diabólicamente tentadora. Antes de que intentes chulear su sensual propuesta, ya está frente a tu casa con un pack de birra. Tiene hígado de hierro y más energía que el conejito de Duracell.

El fiestero: En plena quincena, cuando ya nadie tiene un solo guaraní, ese amigo llena sus historias de WhatsApp con la alta farra que se mandó. Nadie sabe de dónde saca tanta plata para sostener sus diversiones pero siempre está en medio de una salida descontrolada.

El kaigue: Tenés que llegar con orden fiscal para sacarlo de su casa pero no es porque no tiene permiso o plata, sino por lo kaigue que es nomás. Nunca esperes que voluntariamente prepare tereré, prefiere morirse de sed.

El pirata: ¡Nde bárbaro, arriero nde soguéa pea!, nunca tiene plata a la hora de la vaquita para la birra, para la entrada a la disco ni para el tereré rupa o la yerba. Él o ella siempre está pirateando todo.

El sabelotodo: Nunca le vas a ganar. Apenas toma un vaso de birra y empieza a realizar análisis políticos, filosóficos hasta sobrenaturales. Tiene una solución para todo y nunca está errado. Si no querés ver arder el mundo… no le discutas nomás.

El amigo tesapo’e: “Heve kuña ajenagui” es su lema de vida. No puede ver que un amigo tiene novia, sí o sí tira su liñada… “Siempre podés contar conmigo”, he´imi.

El calentón: “Hakuve sopletegui, chera’a”, no puede ver polleras. Les piropea a todas las chicas por la calle. “Todo bicho que camina” suele ser su marcante.

Ka’u sensible: Luego de tres botellas ya empieza a lamentarse. Querés saber luego de dónde lo que saca tantas lágrimas y tanta memoria… se acuerda de su ex, de la chica que le hizo ojito en el micro y hasta de su perro muerto. Nada de lo que digas es suficiente para consolarlo. Y vos, ¿qué clase de amigos tenés?

No falta el amigo que se enoja y te manda al frente, como don Arturo Rubín a Óscar Acosta.