Parado en la carrocería de la patrullera, o más bien, recostado como si estuviera viajando en un descapotable de lujo, un perrito llamó la atención de todos los que veían pasar la camioneta policial por las calles de Itauguá. Con la mirada inquieta, observando de aquí para allá y con total naturalidad, Firulais, bueno, en realidad Bob, un perro de pelaje blanco con grandes manchas negras como las que se ven en las fotos, sorprendió a más de uno.
La escena fue tan curiosa que alguien no dudó en grabarla. El video terminó en redes sociales a través de Edzon Otazú, donde en cuestión de minutos se llenó de comentarios y bromas. Muchos chistosos aseguraban que el animal “quedó preso” por robarse un asado, mientras otros insinuaban que lo subieron por “resistencia” a volver a su casa. Pero pronto se supo la verdad. El protagonista no era un perro detenido, ¡sino un oficial más!
Bob, como realmente se llama, es la mascota oficial de la Comisaría 6ª de Itauguá. Según cuentan los que lo conocen, el peludo fue alguna vez compañero fiel de una profesora de la zona, pero un día decidió cambiar de rubro y alistarse en las filas policiales. Y desde entonces cumple su “servicio” con una dedicación ejemplar.
Dicen que a Bob le encanta salir de recorrida. Cada vez que los agentes suben a la patrullera, él aparece listo para acompañarlos, moviendo la cola y subiendo con la seguridad de quien ya conoce el procedimiento. Durante el día, hace guardia en la entrada como si cuidara la comisaría desde su propio puesto, saluda a todos los que llegan e incluso recorre el predio como buen supervisor canino.
Cuando no está patrullando, Bob dedica su tiempo libre a una tarea muy importante. Probar los asientos para elegir el más cómodo para su siesta. Y ahí lo podés encontrar, patas estiradas, ojos entrecerrados y el aire de quien sabe que es uno de los mimados del lugar.