La abogada María Alejandra Cáceres Solano López, quien fue querellada por su exjefe, Jorge Luis Barreto Alfonso, por difamación, calumnia e injuria, pidió ayer en Facebook que “no usen al sistema de Justicia para tapar su falta de hombría”.
“Quieren preparar la cancha para que no tenga armas para mi defensa”, sostuvo tras señalar que “me rechazaron todas mis pruebas”, en una comunicación con EXTRA.
Explicó que “la querella se basa en que al Señor Barreto ‘le agravia’que yo haya dicho que tenía miedo porque su familia era poderosa. ¿Eso constituye acaso un insulto siquiera?”, cuestionó.
Explicó que un primo hermano del hombre (Jorge Luis Bogarín) “es miembro del Consejo de la Magistratura y del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y miembro del Consejo de la Facultad de Derecho UNA”. Además, “la madre de Barreto es camarista y presidenta de la Circunscripción judicial de Paraguarí; su tía Gladys Alfonso es directora de mediación del Poder Judicial; su tía que en paz descanse, era la inmensa Irma Alfonso de Bogarín y un sin fin de parientes defensores, jueces de primera instancia y fiscales. Si eso no es poder, no sé qué es”, remarcó.
Pericia anatómica
Admitió haber dicho que “tampoco me iba a meter con un tipo con un miembro viril de 7 cm. Y que le es infiel a su mujer”, pero explicó que se le “escapó”, al ser atacada incluso por mujeres, cuando denunció abuso sexual en contra de su entonces jefe, en un caso que ya lleva 5 años.
“Según la OMS, el micropene es considerado cuando el miembro mide 7cm, según recuerdo”, señaló. “Por eso pedí que se le practique una pericia anatómica”, agregó. Dijo que la trasladaron a “las penitenciarias de Emboscada Antigua y Tacumbú, para bañar y cuidar de los internos con diabetes y enfermedades venéreas”. “Ahora estoy en lo civil y comercial, siendo magister en derecho penal”.
Juez rechazó medir el pirulín
Alejandra solicitó que midan el “amigo” del querellante para confirmar que tiene un “micropene”. El pedido incluía medir el asunto en estado de reposo y erecto. El Tribunal rechazó ayer el pedido de prueba. Es un lío muy polémico que inició en el enero del 2018 cuando una actuaria judicial escribió en su Facebook que supuestamente su jefe, un relator, le hizo sufrir un calvario hasta que abusó de ella consecutivamente.
La profesional declaró antes los medios de comunicación que fue víctima de abuso sexual una docena de veces y se armó un escándalo. La Corte investigó de oficio, pero según la chica su expediente llegó a la Fiscalía “carneado”, y sin el informe psicológico donde señalaban que había sido víctima de todo lo denunciado. Finalmente el caso quedó en el famoso “oparei”.
Un miembro del Tribunal de Apelaciones explicó a EXTRA por qué se rechazó el pedido de prueba, ante la demanda. “Este es un caso de difamación promovida por el hombre contra la mujer, porque había hecho pública las relaciones sexuales que habían tenido ellos. Ella llega y ofrece pruebas que no tienen nada que ver con la denuncia de difamación”, señaló el magistrado.
Aseguró que la polémica del 2018 no llegó a instancias judiciales y no hay nada formal sobre un abuso sexual. Agregó que una prueba como esa no puede tomarse en serio. Anteriormente el Juzgado ya había rechazado la prueba de la medición del pene, pero la mujer insistió, pero la Cámara ratificó el rechazo.