Sebastián Marset, narco uruguayo buscado en el marco del operativo A Ultranza, ejecutado en el 2022, reapareció ayer, diciendo que había estado en nuestro país y tenía intenciones de entregarse, pero no lo hizo, “porque no existen las garantías en Paraguay”.
Fue cuando su abogado se reunió con el fiscal general del Estado, Emiliano Rolón, con quien no pudo lograr el acuerdo de desvincular a su familia del proceso.
“Porque le hicieron el proceso a mi hermano, a mi cuñado, a la mamá de mis hijos. Nadie tiene que ver nada con lo que yo hice o hubiera hecho y les metieron a ellos”, señaló a Mega TV, medio con el que contactó a través de una videollamada, realizada por el abogado uruguayo Santiago Moratorio, quien vino al país para dar asistencia legal a la exmujer de Marset, Gianina García Troche, recluida en la cárcel de Viñas Cue.
Mencionó que llegó a tener acceso a un archivo de Inteligencia, “que decía que me querían capturar vivo o muerto”.
“Yo pienso que me quieren muerto por las cosas que sé, por eso no aceptaron mi entrega pacífica”, apuntó.
Aseguró que anda por la región, “de un lado al otro, sin ningún problema”, pero “entendiendo cómo es la justicia en Sudamérica, no me entregaría en ninguna parte”, sostuvo.
Recusan a jueza
Por su parte, Gianina recusó a la jueza Rosarito Montanía, quien la había sancionado, por romper con un palo de escoba la cámara de seguridad de su celda.
Sus abogados alegan que la magistrada impuso medidas “arbitrarias, de carácter represivo, infundado y contrario a la ley”.