El reloj marcaba las 23:14 del miércoles, cuando el llanto de las cabras rompió la calma en un barrio de J. Eulogio Estigarribia, Caaguazú. Seis de los animales pertenecientes a doña María Balbuena fueron degollados y destripados por un extraño ser.
Según comentó la mujer, días atrás ya venían escuchando raros sonidos. “Una especie de silbido contínuo y provocador”, dijo, asegurando que los perros no se percataron lo que sucedía, sino hasta que las gallinas empezaran a correr.
El fenómeno es todo un misterio y dejó consternado a la comunidad que habla hasta de seres mitológicos.