Como era costumbre, Ña Yeimy Obdulia Coronel se fue ayer al cementerio de Caacupé, en el departamento de Cordillera, a visitar la tumba de su papá, ya que se recordaba ese día la fecha de nacimiento del ahora difunto.
No se imaginaba encontrarse con una escena que le iba a romper el corazón. La doña vio la puerta de blindex del panteón rota.
Enseguida se dio cuenta de que se robaron sillas, butacas y otros objetos. Sin embargo, era otra cosa lo que le angustiaba demasiado a la mujer.
Dentro de la casita donde reposan los restos de sus familiares, había una imagen de un niño Jesús de medio metro que, para ella y sus demás parientes, era como un tesoro familiar.
Con un nudo en la garganta y una tristeza infinita, la señora empezó a rebuscarse por todos lados por el santo, pero no logró encontrarlo. El llanto de Yeimy tenía una razón: dentro de la imagen estaban guardadas las cenizas de su hermano, un angelito que había fallecido cuando tenía un año, hace ya 33 años.
El haber resguardado los restos de su ser querido por más de tres décadas era algo invaluable para la doña y haberlo perdido por culpa de la inseguridad de nuestro país, resultaba lamentable.
“Si alguien les ofrece, por favor contactarse conmigo”, pidió en sus redes sociales en medio de su dolor.
La denunciante habló con EXTRA y mencionó que como recompensa pone a disposición un vale de asado para el que le brinde información a cerca del Santo robado.
Cualquier dato, llamar al (0992) 870-127.