
Hace 15 años, el ingeniero británico Graham Smith sufrió una operación quirúrgica y los médicos dejaron en su estómago un trozo de nylon. Los dolores le hacían ir encorvado y apoyar el cuerpo hacia la izquierda, pero al no suponer un riesgo para la salud, según los expertos, el hombre continuó con su vida “normal”.
Sufrimiento
Hace unos meses, Smith no soportó más el dolor y las molestias y exigió una operación para que le quitaran el elemento extraño, luego de probar con diversas dietas y remedios expulsar “naturalmente” al intruso.
Pero sus reclamos no tuvieron eco en los profesionales de blanco, quienes “chutaron” su solicitud una y otra vez, para una fecha que nunca llegaba.
Médico a la fuerza
Con la decisión que solo da la desesperación, pidió los instrumentos de titanio de un amigo dentista, deshizo los nudos de sutura de la anterior operación y extrajo el hilo de su intestino. “Hubo un poco de sangre, pero yo estaba seguro de lo que hacía”, explica el audaz ingeniero.
Está feliz, pero desaconseja, al igual que el Colegio de Cirujanos del Reino Unido, hacer lo mismo que él.