Más de 800 personas murieron y alrededor de 2.700 resultaron heridas después de que terremoto de magnitud 6,0 y varias réplicas sacudieran cerca de la medianoche del domingo el este de Afganistán, confirmó ayer el Gobierno de facto talibán.
El portavoz Zabihullah Mujahid advirtió que las cifras “no son definitivas y podrían aumentar“, mientras las operaciones de rescate continúan para localizar supervivientes, según EFE.
Además, hay dificultades para acceder a varias zonas donde ocurrió el siniestro, por los deslizamientos de tierra que han bloqueado las rutas.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) situó el epicentro del sismo a 27 kilómetros al este de la provincia de Nangarhar, que cuenta con 22 distritos, y a una profundidad de ocho kilómetros, lo que suele amplificar su poder de destrucción.
El Ejecutivo anunció la creación de un comité especial de emergencia y la asignación de unos 14 millones de dólares para atender a las familias damnificadas, para asistencia médica, distribución de alimentos y refugio, entre otros.
Evacuaron a víctimas con helicópteros en zonas aisladas, y varios hospitales quedaron desbordados por la cantidad de heridos. La India anunció que llevará ayuda humanitaria.
El papa se solidarizó con los familiares
El papa León XIV expresó su pesar y su solidaridad a las personas que han perdido a sus seres queridos en el terremoto.
En un telegrama, el papa ofrece oraciones “por las almas de los fallecidos, por los heridos y por los que aún permanecen desaparecidos”.
En Afganistán los terremotos suelen ser frecuentes. En octubre de 2023, varios terremotos causaron más de un millar muertes en la provincia occidental de Herat.