El viaje de relax que se tomó una abuelita de 80 años terminó siendo su boleto al más allá.
Todo era lindo cuando, el sábado 25 de octubre, Suzanne Rees (80) abordó el crucero Coral Adventurer junto a un grupo, para dar un paseo. Al atardecer desembarcaron en la isla Lizard, ubicada en Australia, y luego retomaron el viaje. Sin embargo, la anciana quedó abandonada y nadie se dio cuenta.
Recién horas después se percataron de que Suzanne no estaba. Regresaron a la isla el domingo, pero ya fue demasiado tarde: encontraron muerta a la mujer en la Gran Barrera de Coral.
La hija de la fallecida habló con medios internacionales y exigió que se investigue la muerte de su mamá. “Por lo poco que nos han contado, parece que hubo una falta de atención y de sentido común”, señaló.
“Según nos informa la Policía, hacía mucho calor, y mamá se sintió mal durante la subida a la colina. Le pidieron que bajara sin acompañante. Luego el barco partió, aparentemente sin realizar un recuento de pasajeros”, continuó con ABC España.
“En algún momento de esa secuencia, o poco después, mamá murió, sola”, lamentó.
El barco chuchi trasportaba 120 pasajeros para una expedición de 60 días. Tras el hallazgo del cuerpo de la doña, el viaje continuó, aunque las autoridades ya están investigando.