
La justicia argentina acusará del delito de reducción a la servidumbre al exalbañil Eduardo Oviedo, quien encerró durante años a su esposa y un hijo autista en una jaula montada en su casa en el balneario de Mar del Plata (sur). “Es una historia de terror. Entrar a la casa fue ver una verdadera locura”, dijo a la prensa la fuente judicial que pidió reserva de identidad en la ciudad cuyas playas son la mayor atracción en el verano austral argentino, a 400 km al sur de Buenos Aires.
Una denuncia familiar llevó a los investigadores a descubrir que Eduardo Oviedo, de 66 años, mantenía cautivos en su casa ubicada en el barrio Las Dalias, a su mujer de 61 años y a un hijo de 32 años, ambos con problemas psiquiátricos.
En el fondo de su casa
Oviedo, había montado en el fondo de su precaria casa una jaula de madera, ladrillo y barrotes. La escena encontrada por la policía fue macabra. Había en el piso de tierra bolsas con materia fecal, jeringas usadas, bidones con gasolina y comida para perros, según informó el viernes una fuente policial. Se sospecha que el hijo era alimentado con esa comida para animales, quien presenta graves traumas psicológicos y apenas puede hablar.
Con miedo
Otros hijos de Oviedo, que viven en el barrio, estaban aterrorizados por las amenazas del padre y se callaban. Al fin decidieron denunciarlo y se sigue investigando la cantidad de años que duró el cautiverio. La justicia acusará a Oviedo de secuestro y reducción a la servidumbre con penas de 15 años de cárcel. Pero por los diversos agravantes, el castigo judicial podría llegar a la cadena perpetua, según las fuentes.