La alcaldesa acostumbraba levantar selfis en las redes sociales presumiendo de su nuevo poder económico. “El dinero sobra”, decía. Lidiane Leite llegó al poder porque su novio Beto Rocha -hoy detenido- no podía postularse al cargo de alcalde de Bom Jardim, localidad con 25 mil habitantes del estado de Maranhao, uno de los más pobres de Brasil, por tener una función pública y estar salpicado por un escándalo de corrupción. “Postulate vos”, le dijo a ella, que tenía en ese momento apenas 22 años; salió electa.
Lujos y redes sociales
Como primer acto de gobierno, nombró asesor a su novio. Luego se mudaron a San Luis, capital del estado Maranhao, a casi 300 kilómetros del lugar que debía gobernar. Para que no dijeran que se olvidaba de su trabajo, la alcaldesa hacía su trabajo por WhatsApp, dando instrucciones a los miembros de su gabinete a través de esa red social.
También hacía ostentación en las diferentes redes sociales de su elevado nivel de vida, que no condecía con su sueldo de 12 mil reales (unos 18 millones de guaraníes). Lidiane está prófuga: se la investiga por malversación de fondos, ya que desaparecieron unos 4 millones de reales destinados a mejorar la escolarización de Bom Jardim; además, los maestros denunciaron que hace meses que no cobran su sueldo.