No era el gato con botas, tampoco Garfield, era el ¡Narco-Michi! Un felino que fue “detenido” por la policía de Costa Rica, por trabajar de macatero, pero de drogas.
El caso causó sorpresa, porque sus “clientes” eran convictos de la cárcel de Pococí.
Con una precisión digna de un agente encubierto, el minino intentó ingresar al penal con una carga bastante comprometida: 235 gramos de marihuana y 37 gramos de pasta de crack, adheridos a su cuerpo con cinta. También llevaba papel para armar, por si a alguien le faltaba algo.
El operativo se registró el 8 de mayo pasado. Fue entonces cuando los guardias notaron algo raro en uno de los fortines: el gato iba y venía como Pedro por su casa, pero al verlo más de cerca, descubrieron que no era un simple visitante peludo, sino un auténtico “camello” de cuatro patas.
La policía penitenciaria rescató al michi y con la ayuda de unas tijeras, logró quitarle cuidadosamente la carga. El animal fue entregado al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), mientras que la droga quedó en manos de la fiscalía.
Aunque suene increíble, no es la primera vez que pasa. En 2018, otro gato fue sorprendido en una situación similar en la prisión de La Reforma: ese también llevaba marihuana y hasta teléfonos celulares colgados del cuello, como si fuera el delivery oficial del pabellón.
Por ahora, el Narco-Michi quedó fuera de circulación. Y aunque no enfrentará cargos, sí se convirtió en el protagonista de una historia que parece más un guion de película, pero con pelos y bigotes.
Lo más llamativo de todo es que en el 2015, otros reclusos, también de Costa Rica utilizaron una narco paloma que fue sorprendida con 14 gramos de cocaína y 14 gramos de marihuana adheridos al cuerpo. El ave se encargaba de proveer drogas al centro penitenciario La Reforma.
En agosto del 2024, en una cárcel de Argentina se registraron 8 casos de narco palomas en el lapso de 10 meses. Las palomitas también eran utilizadas como delivery de drogas.
Otros casos raros
Las autoridades de distintos países han descubierto insólitos métodos de tráfico de drogas, ¡usando animales como mulas! En Panamá, por ejemplo, un “narco gato” fue detenido en abril al intentar entrar a la cárcel de Nueva Esperanza con cocaína amarrada al cuerpo. Era “blanco y esponjoso”, según la Policía
En Rusia también se usaron felinos: uno que nació en prisión fue liberado por un recluso, entrenado por narcos y enviado de vuelta con un collar lleno de hachís y anfetaminas. ¡Pero fue pescado justo a tiempo! Incluso en 2010 se detectó otro minino con heroína.
Pero no todo queda en cuatro patas. En Argentina, una banda usaba palomas mensajeras para repartir marihuana en tubos plásticos atados a sus patas. La Policía halló un palomar y recortes de noticias colombianas donde se informaba de casos similares.
En Colombia, además de drogas, las aves llevaban tarjetas SIM y dispositivos tecnológicos a los reclusos.
Según autoridades estos animales son entrenados para seguir rastros de comida hasta las celdas.
Además, no se descarta que los reclusos estén utilizando animales de manera frecuente para burlar los controles.
Y por Tacumbú, ¿que tal la colonia de gatos?