
El esquema básico incluía empresas de fachada que mandaban tabacos a fábricas de Paraguay, desde donde iba posteriormente el producto terminado. Lo que comenzó con los cigarrillos, ahora es una investigación sobre un complejo esquema de evasión fiscal, contrabando y varios ilícitos.
Conspiración, reducción, falsificación, evasión de impuestos, exportación irregular, contrabando de cigarrillos, alteración del producto entregado al consumo y piratería de marcas, son algunos de los delitos perpetrados, utilizando empresas de fachada.
Comenzó el año pasado como el Operativo Sentinela, pero ahora se llama “Operativo Huno”. Se realiza en 7 estados, incluyendo Paraná, y con especial atención a Santa Cruz do Sul, principal productor de tabaco en Río Grande do Sul.
Gigantesco esquema
También se enviaba materia prima hacia fábricas de cigarrillos ilegales en los estados de São Paulo y Río de Janeiro, que falsificaban marcas paraguayas y las vendían en el mercado interno. El pago de tabaco o cigarrillos no solo se hacía en efectivo, sino también con máquinas urbanas o agrícolas (retroexcavadoras, grúas), coches de lujo ilegales, oro, joyas y piedras preciosas.
Están trabajando 300 agentes de la Policía Federal, Impuestos Internos y el Procurador del Tesoro Nacional. El perjuicio para el fisco se calcula en unos 540 millones de dólares. Hasta el momento secuestraron 59 edificios, 47 vehículos y cuentas bancarias; investigan 19 empresas y 17 personas.