La Unidad de Seguimiento y Trazabilidad de las Operaciones de Comercio Exterior se encargará de “verificar el precio y cantidad de los bienes y servicios exportados e importados juntamente con el ingreso y egreso de divisas”.
Argentina extrema las medidas para cuidar sus divisas mientras se mantiene marginado del mercado de capitales internacionales y cuando sigue abierta la batalla legal en Estados Unidos con fondos especulativos que ganaron un juicio por 1.300 millones de dólares en bonos en default, cuyo impago empujó al país a ser declarado en “default selectivo” de su deuda reestructurada.
La nueva dependencia estará a cargo del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien en conferencia de prensa indicó que la decisión se adoptó luego de que autoridades fiscales “identificaran operaciones de sobrefacturación de importaciones, subfacturación de exportaciones y manipulación de transferencias de divisas entre empresas multinacionales”.
El decreto subraya que la autoridad fiscal (AFIP) ha detectado alteraciones en las facturaciones del comercio exterior “que disminuyen el monto de impuestos a pagar en Argentina promoviendo sistemas encubiertos de transferencias de divisas mediante maniobras delictivas”.
El organismo intentará evitar “que los precios de transferencia manipulados entre empresas vinculadas permitan efectuar remisiones ilegales de utilidades”.
Para ello estará integrado por funcionarios del Ministerio de Economía, del Banco Central, de la AFIP y de la Procuraduría de Ciminalidad Económica y Lavado de Activos (ProCELAc), entre otros organismos estatales.
Argentina cuida como oro sus reservas monetarias que sufrieron una dramática caída este año y lograron ser estabilizadas en torno a los 28.000 millones de dólares luego de una batería de medidas, entre ellas una ayuda financiera de China.