05 mar. 2025

Acarició la cara de su hermano, pero en otro

Embed
La audaz operación cambió la vida de Richard Norris. Se reencontró con la hermana del donante del rostro: “Esta es la cara con la que crecí”, le dijo Rebekah al acariciar “la cara de su hermano”.
La audaz operación cambió la vida de Richard Norris. Se reencontró con la hermana del donante del rostro: “Esta es la cara con la que crecí”, le dijo Rebekah al acariciar “la cara de su hermano”.

Cuando tenía 22 años, Richard Norris se pegó un tiro en la cara, no recuerda bien en qué circunstancias. La bala le arrancó la nariz, pómulos, labios, lengua, dientes, mandíbula y barbilla: solo quedaron sus ojos marrones y un remolino de carne retorcida sin nombre. Por 15 años llevó una cara demasiado grotesca para ser exhibida y se transformó en un ermitaño.

En facebook

Su madre buscó por todos lados, hasta que encontró un cirujano, Eduardo Rodríguez, que tomó el caso y realizó innumerables operaciones. Pero el doctor era más ambicioso: quería implantar una nueva cara a su paciente. En el 2012 llegó la oportunidad: Joshua Aversano murió atropellado por una camioneta y su familia donaron todos sus órganos. La operación duró 36 horas y fue un éxito.

“Reencuentro”

Rebekah Aversano, la hermana de Joshua, se encontró con Richard en la previa de un programa televisivo. “¿Te molesta si la toco?”, le preguntó a Richard. Acarició por unos momentos el rostro de su hermano, que ahora “vive” en otro cuerpo. Un abrazo selló el encuentro.

Embed
11-MUNDO-2