La pandemia hundió al doctor Hugo Vicente Areco Otazú (38) en un pozo de depresión que lo llevó a tomar una decisión que acabó con su vida.
El martes, la señora del médico y su mejor amigo lo encontraron muerto en la cama de un motel de Ciudad del Este.
El doctor llevaba dos días desaparecido. La señora estaba desesperada y llamó al amigo para pedirle ayuda. Le contó que el domingo por la tarde, Hugo salió de su casa sin decirle a dónde iría y ya no regresó.
Rastrearon el GPS del auto y los llevó hasta el Motel Panky Vip. Los empleados confirmaron que el doctor ingresó el domingo. Golpearon la puerta y llamaron al teléfono de la habitación, pero no contestó. Así que abrieron la puerta.
Lo encontraron tendido boca arriba en la cama. Ya no tenía signos de vida. El dolor invadió por completo a su pareja.
En la pieza había muchas latas de cervezas, cajetillas vacías de cigarrillo y restos de cocaína.
El médico forense del Ministerio Público, indicó que la muerte fue por una sobredosis de cocaína.
La depresión
“Hay días que ya no puedo más, hasta cuándo, hasta cuándo!”, publicó el doctor en su Facebook, tras relatar que tiene como paciente a su amigo y jefe del hospital.
El 8 de abril, en su cumpleaños, publicó una foto de hace un año, cuando estuvo festejando con su hermano, quien también falleció hace meses. “Con la esperanza de encontrarnos alguna vez”, escribió. Su tío, Gregorio Areco, manifestó en sus redes que el doctor entró en depresión tras el peso de perder a su hermano, a sus colegas y por la presión laboral.
Gloria Meza, presidenta del Círculo Paraguayo de Médicos, indicó que la mayoría de los médicos está con ansiedad, otros con depresión o “Síndrome de burnout” (agotamiento mental). Añadió que muchas veces desconocen la carga interna que lleva cada médico. La mayoría hace guardias de más de 12 horas, por la crítica situación de la pandemia.
Areco es el segundo profesional de la salud que pierde la vida a consecuencia de la depresión. En enero, una enfermera se quitó la vida por la misma razón.