Los peques necesitan tener límites claros.
Hay que darles responsabilidades acordes a su edad.
Aquellos niños que hacen berrinche cuando no se les da lo que quieren o que tienden a esclavizar y maltratar de sus padres, pueden padecer del “Síndrome del niño emperador”. Esta situación comúnmente hace que los padres queden como los culpables ante los demás, por la conducta de sus hijos.
Muchas veces se debe a que los padres son permisivos, pero influye más el ambiente. Hoy en día los chicos viven en una sociedad en la que prima el éxito fácil y rápido por encima de todo. Las criaturas con este síndrome tienen diferentes características (ver cuadro).
¿Qué hacer?
Un niño sano necesita tener unos límites claros. Para educar a niños fuertes, sanos e inteligentes emocionalmente es preciso poner límites claros desde el principio”, explicó Eraida González, psicóloga, en conversación con EXTRA.
“Es esencial que los niños experimenten cierto grado de frustración, para que puedan comprender que el mundo requiere de esfuerzo y respeto hacia los demás”, acotó la especialista.
En estos casos se debe:
- Establecer reglas claras y explicar las razones de esas reglas.
- Ser coherentes. Mamá y papá deben tener la misma opinión respecto al problema de conducta del chiquito.
- Mostrarse firmes respecto a lo que el padre y la madre hayan decidido, de forma conjunta.
- Supervisar las actividades de los hijos para evitar aquellas situaciones en los que se frustra y comienza a portarse mal.
- En el caso de los niños más caprichosos, se debe intentar hacer lo posible para mejorar la relación con ellos, hablarles siempre, ser firmes.
- Dar a los hijos responsabilidades acordes a su edad, como recoger la mesa o ponerla, sacar la basura, hacerse la cama, sin importar el sexo.
- No apartarles ni sobreprotegerles, ambas cosas podrían crear un niño tirano, ya que se sentirá con “poder”.
Características
- Baja tolerancia a la frustración, el desengaño, el aburrimiento,o la
negación de lo que han pedido; entonces, la expresan con rabietas,
ataques de ira, insultos y/o violencia.
- Presentan escasos recursos para la solución de problemas o afrontar
experiencias negativas.
- Están muy centrados en sí mismos y creen que son el centro del
mundo.
- Buscan las justificaciones de sus conductas en el exterior y culpan a
los demás de lo que hacen.
- Piden hasta el extremo de la exigencia. Una vez conseguido, muestran
su insatisfacción y vuelven a querer más cosas.
- Les cuesta sentir culpa o remordimiento por sus conductas.Discuten las normas y/o los castigos con sus padres a quienes consideran injustos, malos, etc.
- Exigen atención, no sólo de sus padres, sino de todo su entorno. Y
cuanta más se les da, más reclaman.
- Les cuesta adaptarse a las demandas de las situaciones extra
familiares, especialmente en la escuela, porque no responden bien a
las estructuras sociales establecidas ni a las figuras de autoridad.
- Se siente tristes,enfadados, y/o ansiosos, y suelen tener una
autoestima baja.