Vero Pereira, la supuesta tercera en discordia en la relación de Gia Alfieri y Oz Montania, volvió a las redes con todo y tiroteó contra todos los que la trozaron.
“A mí no me van a meter miedo amenazándome con denunciar mi cuenta (en redes). No estoy, nunca estuve y no voy a estar para agradar a nadie. No vivo de las redes, no vivo de los likes (me gusta) de la gente”, comentó en sus historias de Instagram.
La pastelera se refirió al video que se viralizó donde se la ve junto a Oz Montania en una plaza, dijo que la persona que los grabó “violó su privacidad”.
“Es innegociable el derecho a poder salir, permanecer y hacer reuniones en espacios públicos sin que te esté grabando o filmando cualquier pelotudo/a que sepa mínimamente manejar un celular, con la excusa de ‘Me parece raro’”, tiró.
Advertencia
Vero “Tortas” expresó no le pareció justo que la ataquen tanto, cuando otros “la invadieron”. Dijo que ahora no puede estar sentada ni en el balcón de su casa porque le sacan fotos.
“Lo raro es que piensen que pueden hacer lo que quieran invadiendo la privacidad del otro, pero sí la ‘moral’ de ‘meterse con la propiedad privada’ se castiga inescrupulosamente”, se plagueó la pastelera.
“No es delito”
Verónica no negó las acusaciones de ser “la otra” en la relación de Gia y se justificó diciendo que “no cometió ningún delito”.
“La violación de la privacidad sí es un delito y es denunciable. Meterse con alguien ‘ajeno’ no es delito, es problema de los involucrados y nadie más”, lanzó.
No tiene miedo, dijo
La cocinera dio a entender que se siente “observada y acosada” por las personas y aclaró que no permitirá que el miedo la paralice.
“No voy a normalizar ese miedo nefasto de no poder ni sentarte en el sofá de tu edificio en paz sin andar cuidándote para que no te estén grabando, agregó.
Se recupera
Por su parte, Gia comenzó a reconstruir su vida por la pinta, fue a comprar los muebles que Oz se llevó tras la separación. “En realidad él no tenía nada”, comentó en sus redes.
También se reunió con sus amigos para una noche de chismes y karaoque, con micrófono en mano, la chef les contó con lujo de detalles lo ocurrido a su círculo más cercano y por la mañana del sábado les cocinó.