Gloria Vera demostró que ser madre no de uno, sino de tres hijos, no es obstáculo para sentirse bella y gozar de una armoniosa silueta. Una de las mujeres que marcó historia dentro del modelaje en nuestro país fue la hermosa Gloria Vera, que en los ’90 se convirtió en Miss Tanga y desde ahí, su carrera despegó, convirtiéndose así, en una de las siluetas más admiradas.
Luego conoció el amor en el futbolista Julio Cáceres, con quien intercambió química durante una sesión de fotos, él como campeón de América con Olimpia y ella, como la modelo del momento, iniciando así una relación. Esta atracción colocó a Vera en la vitrina de las llamadas botineras.
Al ser consultada si este término le llegó a molestar en algún momento, la misma sostuvo: “Si ser botinera significa tener una pareja futbolista, un documento o título de ser casada por todas las de la ley, pues ¡que sea bienvenido ese término!”.
Señaló que su proyección como modelo tuvo que ser desplazada por el pedido que le hizo en ese entonces “Cacerito”, el de dejar las pasarelas para formar una familia con él. La hermosa mujer que hasta ahora conserva una figura envidiable, pese a ser mamá de tres hijos, aseguró que este paso lo dio estando convencida de su decisión.
Tras vivir 10 años en distintos países como Francia, España, México, Argentina y Brasil; la ex Miss Tanga se formó profesionalmente para consagrarse como periodista. “Tengo varias propuestas para hacer radio y televisión, sigo recalculando y tratando de organizar mi tiempo porque tengo tres hijos que necesitan de cuidado y atención, concluyó.