Fabricio “Chio” Cagnin, el hijo de la legendaria Gilda, tenía tan solo 8 años cuando aquel trágico accidente le arrebató a su madre, su abuela y su hermanita, él fue uno de los sobrevivientes del siniestro y hoy decide contar lo que vivió aquel día a través de la música.
Hoy, 26 años después de ese trágico momento, Chio decide lanzarse al mundo de la música, presentando su primer corte comercial “Crují”, que formará parte de un disco dedicado a la sanación y superación, relatando todo lo que atravesó a través de estás más de dos décadas en silencio.
“Durante 26 años, lloré y hasta ignoré cada 7 de septiembre. Hoy por primera vez, lo celebro. ‘Crují’ es un abrazo a mi historia, a mi mamá, a mi hermana, a mi abuela y a cada persona que enfrentó una pérdida. El dolor nunca se va, pero se puede integrar como parte de la vida y ser feliz, hoy soy muy feliz. Espero que disfruten de mi obra tanto como yo”, manifestó.
A mediado de los 90, Gilda se había convertido en un referente de la movida tropical argentina, con un rotundo éxito, no paraba de dar conciertos por toda la argentina. Pero la madrugada del 7 de septiembre de 1996 se volvió trágica y su última canción “No es mi despedida” cobró otro significado.
La cantante se dirigía a la ciudad de Chajarí, en un bus en compañía de sus hijos, su madre y sus música, cuando de pronto el micro chocó de frente contra un camión en el kilómetro 129 de la Ruta 12, en Entre Ríos. El accidente arrojó como víctimas fatales a Gilda, su mamá, su hija, tres músicos y el chofer del móvil.