El estafador solicitó un taxi, luego inventó que su esposa se accidentó y pidió al trabajador del volante que le gire G. 200.000.
La licenciada no pudo con préstamos ni muebles, pero sí llegó a comprar las ropas interiores había sido.
Policía le tendió una trampa y ella ni sospechó. Tranquila bajó a firmar los papeles y le pusieron las esposas.
Era una estafadora cuya historia incluso llegó a la televisión brasileña.
Decía que sus familiares estaban enfermos para pedir plata. La comunidad de Barcelona hizo la advertencia.