11 may. 2025

El luqueño valé que fabrica y envía sombreros piri a Brasil

En tres días termina 1.800 unidades para la exportación. Gracias a este oficio sus cuatro hijos lograron terminar la facultad, dijo.

En su pequeño taller, don Eladio Agüero (70) fabrica más de 1.500 sombreros piri a la semana y los exporta hasta en Brasil.

Este oficio lo aprendió a los 6 años, junto con su papá, que le heredó el talento de moldear las hojas de karanda’y. “De los 11 hermanos, soy el único que se dedica a esto”, dijo orgulloso el don, que vive en la zona de Cañada Po’í, de la compañía Tarumandy de Luque.

Gracias a esto, logró pagar los estudios de sus cuatros hijos, dos de ellos son ingenieros y los otros 2, docentes.

Pero el proceso de llegar a donde está ahora no fue fácil. A los 12 años fue a vivir con su padrino, con la promesa de que él le pagaría el colegio, pero fue mentira. Trabajaba desde las 2:00 de la madrugada hasta las 22:00 y no tuvo tiempo de estudiar, por lo que a los 25 años decidió regresar con sus padres.

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“En ese tiempo ya trabajé en todo un poco, hasta de guarda de micro, pero yo quería tener mi propio negocio, por lo que seguí trabajando con mi papá, nos íbamos en varias ciudades del interior a vender. Luego me casé y me independicé”, recordó.

Su taller fue prosperando y desde hace 35 años exporta sus sombreros a Brasil. “Yo solo terminé el 6to grado e igual logré conseguir por mis propios medios enviar mis productos ahí, me llegaron a estafar G. 300 millones, pero no pude denunciar, porque en ese entonces no tenía documentos”, manifestó.

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Le relaja trabajar

Actualmente, por su edad, compra los sombreros en crudo y él solo los plancha y le da la terminación.

“A mí me encanta mi trabajo, hacer los sombreros me relaja, me hace olvidar cualquier problema”, dijo a EXTRA.

Él mismo va a retirar de los artesanos de Limpio los sombreros. En su taller procede a hacer la limpieza, que consiste en cortar los bordes y excesos del karanda’y.

Luego pone el sombrero en una especie de horno, que es para planchar y darle molde. Después hace el corte, para que quede bien redondo, con una herramienta que él ideó.

Como último paso, cose el borde del sombrero en una máquina de coser.

“Los que son moldeados llevan más tiempo, porque debemos ponerles alambres, pero el sencillo, en tres días terminamos 1.800 sombreros”, indicó orgulloso.